domingo, diciembre 12

La R.S.Gimnastica se reencuentra con la victoria al vencer al Barakaldo C.F por 1-0



El que la persigue la consigue dice el rico refranero español. Desde la victoria en Mieres el equipo blanquiazul andaba buscando los tres puntos sin conseguirlos. Unas veces por mal juego propio, otras por decisiones que no dependían de ellos y otras porque no se tuvo fortuna el equipo llevaba más de un mes sin ganar. El triunfo de la R.S.Gimnástica fue el premio a la perseverancia, a la inquebrantable fe en el triunfo y que el equipo sabia que dándolo todo en el campo, como lo daban siempre cada domingo, tenía que llegar más temprano que tarde. El partido aun así no empezó como el equipo blanquiazul quería, pero sabían que hoy era ese día que se quedarían los tres puntos en Santa Ana. Estuvo muy cerca de encajar un gol en el primer lanzamiento del Barakaldo C.F, por cierto, un equipo fuerte, sólido atrás, tenaz y agresivo en el medio campo. Su delantero centro, Negredo, chutó con potencia hacia la portería, Iván Crespo no logró blocar el balón y éste estuvo a punto de colarse en su portería. Lo salvó la arena de la portería, que detuvo la pelota en seco, como si el balón supiese que hoy la suerte le tocaba a la R.S.Gimnastica. Pasado el susto, se respondió minutos más tarde con un tiro de Ricki. Lo intentó de nuevo el Barakaldo C.F en el minuto dieciocho, ya por última vez, con un suave disparo de Negredo, por cierto, hermano del jugador internacional del Sevilla F.C. A partir de ese momento, el partido fue por completo de la R.S.Gimnastica. Lejos de esperar acontecimientos el equipo de José Gómez tras el descanso salió en tromba, con corazón y un derroche físico encomiable bajo un campo ya muy pesado, obligando al equipo vizcaíno a poder salir de su campo. La victoria, a veces, le pertenece a quien más la persigue. No siempre la fortuna resulta esquiva a quien la merece como sucedió en otros partidos. La R.S.Gimnástica, esta vez, mereció el triunfo y lo consiguió. Había avisado Jorge con varias carreras en velocidad que no acertó a culminar. En ese instante José Gómez movió sus piezas del tablero. Entraron en el campo Bubu, Perujo y Lavín, con el propósito de imprimir más velocidad al juego, y a la postre dichos cambios le devolvieron con creces la confianza. Bubu se hizo dueño de la banda derecha, Perujo traía en jaque la firme pareja de centrales vascos con su velocidad y Lavín marco con una jugada personal el triunfo de su equipo. El equipo salió ovacionado una vez más en el encuentro que pone fin al año 2010 en casa.

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