
Solo en el tramo final Negredo recortó distancias, incluso, tuvo la opción de arañar un punto en una clara doble oportunidad, en un encuentro en el que los locales fueron más certeros, y así se explica la victoria sobre una R.S.Gimnástica.
Abraham y Nacho Neira ocuparon las posiciones de central dejadas por el sancionado Mario y el lesionado Alberto. En el centro del campo, Aarón sustituyó al también sancionado Siro.
La S.D.Eibar rápidamente buscó y encontró el balón e imprimió mucho ritmo al partido en los primeros cuarenta y cinco minutos, para encerrar en su campo a unos cántabros muy solventes en tareas defensivas. Pero todo cambio con el penalti pitado, muy protestado por los jugadores gimnásticos, y trasformado y en el tiempo de ir a los vestuarios el gol “psicológico” de Lombraña después de dos rechaces de los defensores blanquiazules.
El paso por los vestuarios y los cambios del entrenador cántabro en el equipo cambio la decoración del partido. Negredo, que marca su tercer gol consecutivo y cuarto de su cuenta particular, abrió la esperanza cántabra. El delantero centro supo recoger dentro del área un despeje corto de la defensa local tras un pase en profundidad a Cristian de Borja Camus para, de disparo con la zurda y a media altura, sorprender a Irureta.
Ese gol espoleo a una R.S.Gimnástica que entonces empezó a hacerse dueño del balón e, incluso, pudo arañar el empate. Principalmente lo tuvo en sus botas el propio Negredo en una doble oportunidad en el minuto 79. Tras este susto, la S.D.Eibar se echó definitivamente atrás, mientras la R.S.Gimnástica buscaba una nueva ocasión, para al menos sacar algo positivo.
El 2-1 final, hace que la R.S.Gimnástica retorne a tierras cántabras de vacío y pensar en el filial rojillo que está empatado a puntos con el equipo torrelaveguense en la clasificación.
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